Zinguichor – MOVER https://mover.cat Movilidades desbordadas Thu, 07 Oct 2021 11:50:48 +0000 es hourly 1 https://www.freepress.coop?v=5.0 https://mover.cat/wp-content/uploads/2021/02/cropped-Logo_MOVER-32x32.png Zinguichor – MOVER https://mover.cat 32 32 FRAGMENTOS DE ETNOGRAFIA VII https://mover.cat/zinguichor/fragmentos-de-etnografia-vii/ https://mover.cat/zinguichor/fragmentos-de-etnografia-vii/#respond Wed, 23 Jun 2021 14:01:54 +0000 https://mover.cat/?p=726 Lo que se siente sentada en una moto detrás de un conductor de mototaxis no eran sino mis propias manos agarrando la espalda de un desconocido, la osadía de su cuerpo y sus músculos en tensión. Esos dos cuerpos, tozudamente obligados a rozarse encima de una máquina en movimiento, pasaban de ser el del motorista y su pasajera a entremezclarse en un alud de atracciones atolondradas e inoportunas, súbitas y bruscas, como los que provocaban los baches que desplazaban mi cuerpo unos milímetros hacía atrás y los frenazos que me exigían volver a unirme en una intimidad inevitable. Una pelea entre cuerpos, deseo, libertad y la paradoja del riesgo físico compartido. En ese momento, mientras el aire golpeaba mi cabello suelto sin casco y mis ojos se cerraban por el polvo levantado, sólo podía agachar la cabeza hacía los hombros del motorista y sentir su olor y su juventud, que se sentía irresponsable, irreflexiva, firme y valiente.

]]>
https://mover.cat/zinguichor/fragmentos-de-etnografia-vii/feed/ 0
FRAGMENTOS DE ETNOGRAFIA VI https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia-vi/ https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia-vi/#respond Wed, 23 Jun 2021 16:01:13 +0000 https://mover.cat/?p=724 Lo primero que sorprende al pasear por las calles de Ziguinchor es la gran cantidad de mototaxis que circulan atajando rápida y tenazmente entre coches y autobuses. Se desenvuelven en la ciudad como si fuesen sus dueñas. A pesar de su corta edad, da la sensación de que están allí desde antes de la construcción de la misma. Como si fuesen conocedoras de cada recóndito rincón.  Parece que este medio de transporte nació para vivir en público, mostrando ostentosamente el dinamismo de su juventud, moviéndose entre los vehículos -tan  pesados en comparación- sin ningún tipo de permiso. De esta manera, las mototaxis han revolucionado la movilidad y las políticas de movilidad, creando defensores y detractores a su paso entre los usuarios, competidores del transporte público y las autoridades. Es precisamente esta exhibición de sus atributos la que las hacen atractivas también a las críticas, en particular a todas las relacionadas con los accidentes de tráfico. Desde mi llegada a Ziguinchor, incluso sin preguntar sobre este medio de transporte en concreto, se acumulaban en las conversaciones los reproches por ser las causantes de los accidentes de tráfico en Senegal. Varias veces a lo largo de mi etnografía se me había transmitido esta percepción. Frases como “Son máquinas de matar” o “Las motos cuando se las dan a los niños son peor que armas” o, incluso, “Ya puedes darte prisa en hablar con los jakartamans porque pronto estarán todos muertos”, estaban anotadas en mi diario de campo, ejemplificando el mayor estigma sobre los jakartamans como responsables de accidentes. Todo el mundo parecía querer expresarme su preocupación por este tema y, la asociación de jakartamans, no era la excepción.

]]>
https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia-vi/feed/ 0
FRAGMENTOS DE ETNOGRAFIA V https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia-v/ https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia-v/#respond Wed, 23 Jun 2021 16:00:21 +0000 https://mover.cat/?p=722 Llegó un día que el bombero nos invitó a Souley y a mí a tomar un café en su casa. Era la mañana de un sábado y, para resguardarnos del sol, decidimos entrar en el salón donde había dos sofás con un par de chicas adolescentes tumbadas mirando la televisión, mientras tres niños jugaban delante revolcándose por el suelo. Nos alargó tres sillas y nos sentamos en una esquina de la puerta de la entrada. Una brisa, entre los rayos de luz, deleitaba con su presencia intermitente el encuentro. Allí, sentados, se creó una atmosfera de intimidad, como si de tres viejos amigos se tratase. Y, supongo, que la comodidad de la situación hizo que la conversación se volviese más personal. Mamadou, sin abandonar del todo el discurso oficial, acabó confesándonos su frustración e impotencia cuando trataba de gestionar la siniestralidad vial de los jakartamans con la policía. “Como cuerpo del Estado -empezaba- tenemos la obligación de asegurar su protección, pero a los policías parece que les da igual. Los mismos documentos que te entregué a ti, se los he enviado al prefet y la marie: Pero nada. Ya no sé qué hacer”. Parecía, de repente, como si bomberos y jakartamans tuvieran el mismo enemigo en común: la policía. El paternalismo mostrado hasta ahora hacía estos “chicos” conductores de mototaxi, se estaba convirtiendo ante mis hijos en fraternidad. Supongo que Souley también lo notó cuando dijo: “Los bomberos son la fuerza de la población y la policía, de la represión”. Nos reímos ante el lema expuesto y hablamos de las diferencias de objetivos entre la policía y los bomberos. Debe ser una de las pocas percepciones universales que existen, la de que los bomberos están siempre de parte del pueblo.

Estuvimos horas allí, mientras iban entrando y saliendo pesqueros y jakartamans. Algunos con un café en la mano se sentaban con nosotros para ver que hacíamos y, se acabó creando un debate sobre los nombres y los grupos étnicos. Llegamos a la conclusión que la asociación de jakartamans de Ziguinchor está constituida por varios grupos étnicos. Por orden de mayor a menor número de miembros encontramos:  mandingas , wolofs , joolas , peuls , manjaks , toucouleurs , serers  y khassonkés . Entre mandingas, wolofs y joolas se encuentran la mayoría de los miembros de la asociación, aunque el comité central está formado por un joola, el presidente -joola fogny  para ser más precisos- y dos peuls. Las explicaciones que iban surgiendo del motivo de que la mayoría de jakartamans eran de estos grupos étnicos eran bastante curiosas y se basaban más en estereotipos que en análisis científicos. Los comentarios que más se repetían eran que “Los wolofs están en todas partes” o “Los wolofs lo quieren todo”. En cambio, los mandingas eran descritos como “adaptables” o “se buscan la vida”. Y los joolas “son los de aquí”. En otro orden de ideas, también hubo observaciones en relación a que casi no había peuls en la asociación y en cambio había dos en la junta. Aquí lo tuvieron claro: “Los peuls no trabajan si no es para mandar”. Las risas acompañaban estos comentarios jocosos creando un ambiente distendido que, aunque no me sirvió para satisfacer mi curiosidad sobre las causas de estos porcentajes, fue interesante por dos razones: ver las percepciones que se tenían de las diferentes etnias y, lo más importante, comprobar que no todos los jakartamans son wóolofs. Así que volvemos a la conexión con los movimientos juveniles urbanos. El wolof es la lengua vehicular por excelencia de los jóvenes urbanos.

]]>
https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia-v/feed/ 0
FRAGMENTOS DE ETNOGRAFIA IV https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia-iv/ https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia-iv/#respond Wed, 23 Jun 2021 15:59:33 +0000 https://mover.cat/?p=720 Un mañana de marzo de 2017, uno de esos días que habíamos intentado hablar con varias personas de la administración y, como nos pasaba en algunas ocasiones, después de horas esperando, no habíamos conseguido que nos atendieran. Eran las 13h y ni la sombra de la palmera que nos cobijaba nos servía ya para protegernos del sol. Souley se reía de mi por el calor que desprendía la rojez de mis mejillas y, con un tono empático pero socarrón, me dijo: “Bueno, ya es suficiente por hoy. Has aguantado muy bien ¿Nos vamos?”. Mi sonrisa le dio la respuesta. Así, que me ayudó a despegarme de la piedra donde estaba sentada y nos subimos a la moto. Al dejar el centro atrás, arrancó la brisa y con ella recuperé el habla y empecé a elogiar las maravillas de viajar en moto por Senegal. Creo que Souley se dio cuenta de que estaba perdiendo completamente el juicio e interrumpió mi embriagadez para decirme: “¿Sabes cómo le llamamos a la marca KTM en wolof? Keur gui, Tali bi, Morgue bi”. Por el retrovisor vio mi cara de incomprensión y volteó un poco la cabeza hacía mí “Significa de casa, por la carretera, a la morgue”. Le increpé por haber interrumpido tan bruscamente el feliz momento, pero fue la frase que resumía a la perfección el sentimiento generalizado de la población. Las jakartas eran máquina de matar. Así que decidí averiguar si se trataba de una mera percepción social o un hecho comprobable. Para tal hazaña y, sin la existencia de ninguna estadística oficial, ni local, ni nacional a mi disposición, decidí hablar con los agentes implicados en la siniestralidad vial: médicos, bomberos y policías.

]]>
https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia-iv/feed/ 0
FRAGMENTOS DE ETNOGRAFIA III https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia-ii-2/ https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia-ii-2/#respond Wed, 23 Jun 2021 15:57:36 +0000 https://mover.cat/?p=716 El bar Erobon se encuentra al lado del Mercado de pescado de Boudoudy, en el extremo noroeste de la ciudad, en la orilla del rio Casamance. De hecho, cuando vas de día ves que ponen las sillas literalmente en la orilla. A esa hora, como no tienen luz exterior, siempre nos sentábamos dentro, aunque “dentro” aquí es más bien una forma de definir la separación entre dos espacios que el lugar en sí ya que no tiene paredes, solo techo y columnas. Cuando llegamos aún no estaba, así que nos pedimos dos Flags  y nos sentamos en una esquina para huir del sonido de la televisión que retransmitía fútbol a todas horas. Eran sobre las 19.30h cuando apareció Madien. Era un hombre de unos 40 años bajito y delgado. Con semblante tímido se acercó a Souley, quien nos presentó. Después de los primeros saludos y de que le sirviesen algo de beber, estuvimos hablando aproximadamente una hora. Fue una conversación distendida, pero en momentos parecía que le estuviésemos arrancando las palabras. Me dijo que no hablaba muy bien francés y aunque se defendía más de lo que advirtió, puede que ese fuese el motivo de un tono de voz sigiloso que casi te obligaba a adivinar sus escuetas respuestas. En varias ocasiones tuve que frenar a Souley para que no se adelantara a su discurso, siempre más lento, reflexivo y reposado. Madien Tamba empezó a ser conductor de mototaxi en el 2012, siendo uno de los primeros jakartamans de Ziguinchor, aunque en ese momento no se definía como tal. Era simplemente un transportista que usaba la moto para repartir paquetes. En un principio no realizaba ni siquiera actividades como taxista; de hecho, nadie se imaginaba -ni el propio Madien- que estaba sembrando el embrión del oficio de jakartaman en Ziguinchor. “Éramos solo tres chicos con motos privadas que transportábamos cosas, casi de manera clandestina. Nadie sabía lo que hacíamos, ni los taxistas”. Nos explicó que anteriormente él ya se dedicaba al reparto a pie o en carretilla. “Llevaba cosas de arriba abajo por Ziguinchor”. Sonrió mientras nos contaba que ahora parecía que no existía la comercialización o el intercambio antes de la llegada de las mototaxis. “Los puertos y los mercados funcionaban igual, lo único que ha cambiado ahora es el tiempo, va más rápido”.

]]>
https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia-ii-2/feed/ 0
FRAGMENTOS DE ETNOGRAFIA II https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia-ii/ https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia-ii/#respond Wed, 23 Jun 2021 15:55:52 +0000 https://mover.cat/?p=712 Un día, ya en 2017, que hacía un calor asfixiante y el polvo que sacudían las ruedas de los vehículos al pasar se convertía en una densa neblina que me dificultaba la visión, andaba yo distraída con mis pensamientos por la estación mientras me dirigía al tableau de Cap Skirring cuando vi a lo lejos alguien que gritando mi nombre levantaba la mano. Con un paso ágil y decidido le Général Keta vino hacía mi para preguntarme si todo iba bien. Le expliqué que me iba unos días a Oussouye – destino intermedio entre Ziguinchor y Cap Skirring– y, tan pronto le contesté, me cogió de la mano y me obligó a sentarme en un banco a la sombra. Le intenté decir que gracias a sus explicaciones sobre los tableaux podía gestionar yo el viaje, pero él ya no me escuchaba, ya estaba hablando con todos los del tableau: el que vende los billetes, el chofer, el portador de maletas…, todo mientras revisaba el vehículo donde iba a subir, las ruedas, el motor…. Yo me lo miraba entre atónita y divertida, mientras se iban sumando mujeres de la venta ambulante a ver la escena conmigo y comentar las exigencias del Général Keta. Entonces se me acercó sonriente y me dijo: “Que los pasajeros lleguen bien a su destino solo depende de tres cosas: el vehículo, el chofer y la carretera. La carretera es lo único que no puedo controlar” y me invitó a sentarme en mi sitio del coche satisfecho con su comprobación. Le di 500 CFAs, creo que más que por la ayuda por lo divertido de la escena, los cogió y se fue corriendo mientras yo subía al vehículo, a los pocos segundos volvió con un café y unos chicles que me ofreció a través de la ventana, mientras me decía “para el viaje”. Así era le Général Keta. 

***

El bar Erobon se encuentra al lado del Mercado de pescado de Boudoudy, en el extremo noroeste de la ciudad, en la orilla del rio Casamance. De hecho, cuando vas de día ves que ponen las sillas literalmente en la orilla. A esa hora, como no tienen luz exterior, siempre nos sentábamos dentro, aunque “dentro” aquí es más bien una forma de definir la separación entre dos espacios que el lugar en sí ya que no tiene paredes, solo techo y columnas. Cuando llegamos aún no estaba, así que nos pedimos dos Flags  y nos sentamos en una esquina para huir del sonido de la televisión que retransmitía fútbol a todas horas. Eran sobre las 19.30h cuando apareció Madien. Era un hombre de unos 40 años bajito y delgado. Con semblante tímido se acercó a Souley, quien nos presentó. Después de los primeros saludos y de que le sirviesen algo de beber, estuvimos hablando aproximadamente una hora. Fue una conversación distendida, pero en momentos parecía que le estuviésemos arrancando las palabras. Me dijo que no hablaba muy bien francés y aunque se defendía más de lo que advirtió, puede que ese fuese el motivo de un tono de voz sigiloso que casi te obligaba a adivinar sus escuetas respuestas. En varias ocasiones tuve que frenar a Souley para que no se adelantara a su discurso, siempre más lento, reflexivo y reposado. Madien Tamba empezó a ser conductor de mototaxi en el 2012, siendo uno de los primeros jakartamans de Ziguinchor, aunque en ese momento no se definía como tal. Era simplemente un transportista que usaba la moto para repartir paquetes. En un principio no realizaba ni siquiera actividades como taxista; de hecho, nadie se imaginaba -ni el propio Madien- que estaba sembrando el embrión del oficio de jakartaman en Ziguinchor. “Éramos solo tres chicos con motos privadas que transportábamos cosas, casi de manera clandestina. Nadie sabía lo que hacíamos, ni los taxistas”. Nos explicó que anteriormente él ya se dedicaba al reparto a pie o en carretilla. “Llevaba cosas de arriba abajo por Ziguinchor”. Sonrió mientras nos contaba que ahora parecía que no existía la comercialización o el intercambio antes de la llegada de las mototaxis. “Los puertos y los mercados funcionaban igual, lo único que ha cambiado ahora es el tiempo, va más rápido”.

]]>
https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia-ii/feed/ 0
FRAGMENTOS DE ETNOGRAFIA https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia/ https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia/#respond Wed, 23 Jun 2021 15:51:38 +0000 https://mover.cat/?p=708 De enero de 2016 a febrero de 2020 en las poblaciones de Ziguinchor y Oussouye, Baja Casamance, Senegal.

Eran las 9 de la mañana del 9 de febrero de 2016 y le Général Keta [1] llamaba a la puerta de mi casa para acompañarme a la gare routière, la terminal de autobuses de Ziguinchor, situada al noroeste de la ciudad, en el barrio de Goumel, relativamente cerca del centro administrativo de la ciudad. En ese momento tenía alquilada una pequeña habitación en casa de Youssouf, en ese mismo barrio, a unos 10 minutos andando de la estación. La tarde del sábado anterior tomando un té en la terraza y hablando distendidamente de mi investigación, Youssouf expuso que no podía hacer una investigación sobre el transporte en la Casamance sin conocer a le Général Keta. Dicho esto, se dispuso a llamarlo y concretó un encuentro entre los dos para el martes a las 9h. Habituada a que quedar a una hora exacta en Senegal era más bien un ejercicio de aproximación que de puntualidad, me disponía a servirme la taza de café, cuando me sorprendió el timbre de la puerta. Youssouf pasó por mi lado y me anunció: “Le Général Keta”, y fue a abrir. Llegué por detrás y vi como entraba y se daban la mano. Era un hombre de unos 60 años, bajito y delgado; con aire nervioso se quitó la gorrilla que llevaba para sujetarla entre las dos manos y sonreírme. Mientras su boca mostraba unos pocos dientes que dejaban intuir lo que podría ser una vida de excesos, sus ojos brillaban como los de un niño ilusionado. Después de las presentaciones, tomamos un café rápido, el primero de muchos luego, y se esperó en la puerta con su rostro amable mientras yo recogía mis cosas para dirigirnos a la gare.


[1] Apodo que utilizaban todos los que lo conocían en referencia a su pasado militar.

]]>
https://mover.cat/diario/fragmentos-de-etnografia/feed/ 0